Hogares que piensan: Domótica

El internet de las cosas, la interconectividad y el control remoto se han implantado en las viviendas para hacer que sean más eficientes y sostenibles. Electrodomésticos conectados a internet, asistentes virtuales capaces de regular temperatura, luz o hacer compras por internet. Y también buzones inteligentes para recibir paquetería sin estar presente en casa. Los hogares que piensan ya están aquí.

La domótica (del latín domus -casa- y del griego autónomo -que se gobierna así mismo) es un sistema capaz de automatizar cualquier edificación aportando servicios de gestión energética, seguridad, bienestar y comunicación. La domótica tiene que ver con la conectividad, mediante una red de cableado o una red inalámbrica, y el control remoto. La domótica se puede definir como la integración tecnológica en el diseño inteligente.

Las primeras menciones a la domótica son de la década de los años 70, cuando se desarrollaron diferentes protocolo s para la automatización del hogar que utilizaban el cableado eléctrico para transmitir información. En los noventa se implantan sistema de detección de humo, riego o termostatos digitales para el control de las calderas y se hace común el concepto “mando a distancia” para los aparatos de televisión o las persianas.

La llegada del wifi permitió en los 2000 avanzar hacia la integración de los sistemas y en la última década la democratización digital y la implantación de los smartphones ha generado que gran parte de los aparatos domésticos se controlen de forma sencilla.

La revolución de la domótica, que se ha acelerado en los últimos meses y especialmente con la pandemia, tiene que ver con la llegada de los asistentes por voz y las inteligencias artificiales. Los pilares básicos que sostienen la domótica (hogares cómodos, sostenibles y más seguro) han encontrado en las integraciones actuales y el internet de las cosas la manera de enrraizar en el conjunto de la población.

Lo que hasta hace poco era un asunto relacionado con el lujo ahora se ha extendido de tal forma que la domótica es ya parte de los nuevos sistemas de construcción. En base al nivel de implantación de la domótica en las viviendas podemos clasificarlas en:

 

Casas controlables: son viviendas en las que los usuarios pueden manejar los dispositivos de una forma más avanzada que en el conjunto de las viviendas contemporáneas.

Casas programables: son aquellas viviendas en las que se permite una cierta programación del hogar, con encendido y apagado de algunos dispositivos. Esa programación depende fuertemente de la voluntad del usuario.

Casas inteligentes: son las viviendas capaces de autoregularse sin que la intervención del usuario sea necesaria. La vivienda es capaz de programar su propia funcionalidad, reconociendo escenarios y actuando de forma totalmente autónoma.

Ventajas de las casas domóticas

La domótica presenta claras aplicaciones para los nuevos hogares y se ha convertido en uno de los pilares de la nueva forma de entender la edificación.



  • Seguridad. El principal servicio que ofrece la domótica es la vigilancia, regulación y control del hogar. Esto permite evitar la entrada de intrusos, ladrones o actuar de forma rápida ante un accidente. La domótica nos permite responde ante una fuga de gas o agua, o un incendio.

     

  • Comodidad. Una casa con este tipo de tecnología es más cómoda. Te olvidas de realizar tú mismo ciertas funciones, además, en todo momento controla que el ambiente sea el adecuado.

  • Ahorro. Las viviendas domóticas hacen un mejor uso de los recursos. De esta forma, puedes ahorrar una cantidad de dinero al año considerable al hacer mucho más eficiente la gestión de suministros.

     

  • Gestión remota. La domótica te permite gestionar tu hogar tanto cuando estás en su interior como cuando te encuentras a miles de kilómetros de distancia.

El Internet de las cosas

Para implementar la tecnología domótica en el hogar es necesario tener en cuenta que este sistema es totalmente dependiente de dos conceptos: internet e interconectividad. Para ello tenemos uno de los mejores elementos de mediación posible: el teléfono. El smartphone se ha convertido en una extensión de nuestro cuerpo y es capaz de hacernos conectar con otras personas, con las máquinas y la redes.

Nuestro sistema de domótica en el hogar necesitará de un soporte de protocolos (wifi, Z-wave) y del uso de IFTTT (una forma de conectar que implica la consecución de órdenes). Esta es la forma de conseguir que “el internet de las cosas” actúe. Uno de los elementos clave en el cosas. IoT es un sistema de objetos que -en tiempo real- procesan y transmiten información entre servidores y otros dispositivos. La colaboración entre el internet de las cosas y el concepto de domótica permite integrar acciones y automatizar procesos y servicios.

La conexión de las tecnologías IoT favorece la construcción de viviendas inteligentes, el procesamiento de información y la sistematización de respuestas.

 

 

La apuesta por un buzón inteligente.
 

La domótica no sólo actúa en el interior de nuestras casas, también nos permite conectar nuestra vivienda con el exterior. Uno de los elementos que hacen posible esa “porosidad” es el buzón. El buzón es un elemento que comunica nuestra casa con el mundo, un enlace para recibir y entregar documentación, paquetes, material, trabajo…

La llegada del comercio online ha generado que los buzones tradicionales, que sólo recibían correspondencia, queden completamente obsoletos. Es necesario que los buzones actuales se adapten a las nuevas formas de transacción. Y para ello han llegado los buzones inteligentes o buzones electrónicos.

Los buzones inteligentes permiten recibir y devolver paquetería y tiene un sistema de integración tecnológico. Son, por tanto, buzones que utilizan IoT y hacen nuestra vivienda más inteligente y sostenible. Los buzones para paquetes son una herramienta domótica de última generación.

Otras personas también leyeron